Una parte muy importante en la relación de pareja es la satisfacción sexual. Una vida sexual sana es el resultado del compromiso de los miembros de la pareja, de los cuidados, la intimidad. En la relación de pareja los aspectos sexuales están ligados a los afectivos.
Los problemas sexuales se pueden definir como cualquier problema físico o emocional que impide que una pareja logre una relación íntima y mutuamente satisfactoria. No existe un factor por el cual se pierda el interés sexual o surjan problemas sexuales en las parejas.
Un problema sexual es un conjunto de eventos que van ocurriendo a lo largo de los años. Entre ellos están: los aprendizajes negativos, la monotonía, la rutina, la mecanización en las relaciones, las dificultades en la comunicación, etc.
Otros factores como la infidelidad, el deterioro de la relación, dificultades en la comunicación, problemas individuales (depresión, estrés, etc.), también influyen en la sexualidad.
Situaciones que provocan un cambio ya sea planeado o repentino pueden disparar problemas en la sexualidad de una pareja. Por ejemplo, el nacimiento de un hijo, pérdida del empleo, problemas sexuales momentáneos o repentinos, pueden provocar ansiedad y la aparición de problemas sexuales.
El sexo es una fuente de placer en la pareja, pero cuando existen graves conflictos se convierte en una fuente de tensión en ambos miembros. Algunos de los conflictos en la pareja se manifiestan por medió de su sexualidad. Incluso algunas parejas pueden llegar a terapia haciendo mención que en todo se llevan bien menos en la parte sexual.
Si no existe ningún problema médico después de un adecuado historial y diagnóstico es posible que el sexo represente una analogía de la situación real de la pareja y los conflictos no reconocidos se manifiesten en lo sexual.
En algunas parejas existen diferencias en nivel de interés y el deseo sexual. Cuando estas son pequeñas se hacen ciertas adecuaciones o negociaciones de tal manera que ambos se sientan satisfechos.
Si las diferencias son grandes el impacto en la relación es negativo. Sobre todo, cuando en la pareja quien tiene problemas o menor interés sexual se siente presionado por su compañero(a).
Estas situaciones generan diferentes sentimientos en ambos, el que tiene menor deseo sexual puede generar desde el resentimiento, enojo, ira, hasta la culpa y sentimientos de baja autoestima. Quien tiene un mayor interés o deseo sexual puede generar sensaciones de desesperación, privación, miedos o incluso no se siente querido por su pareja. Las sensaciones de privación hacen que quien tenga un mayor deseo constantemente este presionando el contacto sexual, esto genera un ciclo negativo en la relación. Mientras en uno aumenta el deseo sexual en el otro disminuye, a su vez mientras más busca el contacto sexual el otro más lo rehúye.
Los significados que se le dan a las reacciones del otro tienen que ver con creencias que se tienen con respecto a la sexualidad. La pareja puede entrar en conflictos que afectan la forma en que se relacionan de forma emocional y sexual.
Hay parejas que están abiertas a nuevas formas de llevar su sexualidad. Hay otras que les cuesta trabajo abrirse a nuevas formas de relacionarse en esta área. Influyen factores como sus creencias, costumbres o la información que tienen y han recibido a lo largo de su vida con respeto a la sexualidad. Por tal motivo es importante la educación sexual para lograr cambios de actitud con respecto al sexo y lo que representa en la pareja.
Factores que favorecen los problemas sexuales
La falta de comunicación acerca de las necesidades, sentimientos y deseos sexuales es uno de los problemas más comunes en las parejas. Esta falta de comunicación se puede deber tanto a situaciones culturales y creencias o a situaciones personales.
La falta de tiempo para el sexo es otro de los problemas que pueden provocar insatisfacción en las parejas. Por ejemplo, en ocasiones se eligen momentos cuando están cansados o no se dan el tiempo suficiente para crear un ambiente adecuado, tranquilo y relajado.
La vergüenza es otro de los factores que ocasiona problemas. Ya sea al mostrar el cuerpo o por situaciones como el miedo a lo que dirá la pareja si propone algo nuevo o diferente.
La rutina también es un factor que influye se vaya perdiendo la motivación y el interés en las relaciones sexuales en la pareja. Hacer siempre lo mismo, favorece que se pierda el deseo. La vida de sexual de una pareja se puede volver rutinaria, mecánica y poco estimulante.
La diferencia que existe entre ambos miembros de la pareja relacionados en cómo perciben el sexo y el amor.
El momento de buscar ayuda
Una pareja puede buscar ayuda de un profesional, terapeuta de parejas, psicólogo o sexólogo en caso de que:
Estén experimentando constantes fracasos en las relaciones sexuales. Cuando hay desacuerdos relacionados con las prácticas sexuales los cuales se les dificulta resolver por sí solos.
Problemas de rendimiento que incluyen dificultades como:
conseguir una erección
falta del deseo sexual
dificultad para conseguir un orgasmo
eyaculación precoz
dolor
dificultad para tener satisfacción sexual.
Lo primero es realizar un diagnostico tanto individual como en pareja donde se obtiene la información necesaria y se descartan problemas médicos. Lo siguiente es descubrir los factores psicológicos, cognitivos o relacionales que influyen para que se dé o mantenga el problema.
Un adecuado diagnostico permite saber si el problema sexual se debe a la pareja o si el de la pareja es el que ha ocasionado el problema sexual.
Recomendaciones
Es importante saber que los problemas sexuales no tiene que ser algo permanente, se trata de situaciones temporales que se pueden solucionar dándoles la atención adecuada.
Una forma es observando, reflexionando y hablando con la pareja acerca de los sentimientos y necesidades relacionadas con el sexo. Por ejemplo, ¿el saber que van a tener relaciones sexuales le producen sensaciones de placer, emoción, excitación? O por el contrario ¿hay sensaciones de presión, culpa, sentido de obligación?
Los miembros de una pareja se pueden acostumbrar a hablar como se sintieron después de la relación sexual. Preguntarse acerca de los sentimientos de satisfacción, de disfrute, si estuvo relajado o hubo ansiedad, si quedaron sensaciones de culpa, enojo o cualquier sentimiento negativo. Son situaciones que algunas de las veces por no herir a la pareja no se hablan y a la larga pueden producir emociones negativas.
De esta manera la pareja se puede dar cuenta si su actividad sexual está produciendo sentimientos positivos o negativos en ellos. Pueden identificar si existen problemas y realizar los cambios necesarios para un adecuado funcionamiento.
En forma individual o en pareja pueden empezar a leer libros especializados acerca de la sexualidad y la relación de pareja. Ambos pueden aclarar sus dudas e identificar los mitos que tenían acerca del sexo.
Ser consciente si hay situaciones personales que influyen en el desempeño sexual como fatiga, insomnio, mala condición física. Esto permite solucionar estos problemas y mejorar el desempeño sexual. Es importante gozar de buena salud física y emocional. Detectar si problemas y buscar la ayuda adecuada para que esta situación no se prolongue y ocasione algunas otras dificultades futuras. El ignorar un problema no hace que desaparezca, solo pospone el momento de dificultades.