Todas las parejas enfrentan diferentes etapas a lo largo de su duración, así mismo enfrentan diferentes conflictos en cada una de ellas. Algunas veces no todos están preparados para los reos que representa una relación en pareja. Además, que algunos de los aprendizajes que se tienen de la madre o el padre no son favorables.
Las parejas deberían de ser conscientes que es posible aprender en el camino, aunque esto puede estar rodeado de incomodidades o insatisfacción. También pueden encontrar los recursos de manera consciente que les ayuden a enfrentar los conflictos en un inicio antes de que se conviertan en una bola de nieve. Leer el articulo completo...
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El enojo es una emoción natural para el ser humano que nace del cuerpo y que es necesario expresarla de una manera adecuada. Es una de las emociones básicas del ser humano y que tiene diferentes funciones para la sobrevivencia. La adecuada expresión de la misma depende más de los aprendizajes que tuvimos por nuestros cuidadores en la infancia. La ira es una reacción aumentada del enojo que suele ir acompañada de frustración y agresiones físicas o verbales. La expresión genera una serie de comportamientos que buscan la intimidación en una determinada situación. Una de sus principales funciones es la protección ante situaciones donde se percibe una amenaza real o imaginaria hacia el propio ser o hacia la relación de pareja. Es común que en las relaciones de pareja se de ante situaciones de celos o desconfianza, así mismo ante situaciones que tiene que ver con frustración o decepción. En una relación en pareja el inadecuado manejo del enojo se puede convertir en una bola de nieve que va generando un distanciamiento emocional como una forma de manejarla. Las parejas experimentan otras emociones como el miedo, tristeza y culpa que con el tiempo se convierten en resentimientos que afectan la dinámica e ña relación. La ira en la relación de pareja El enojo como emoción natural y con un adecuado manejo no causa ningún conflicto en la relación, cuando este viene acompañado de rabia y/o violencia física o verbal si genera una herida profunda en la relación. Se trata de uno de los patrones más negativos y destructivos de una relación de pareja ya que impide una comunicación adecuada y asertiva. Además, que se convierte en una forma de conseguir tener la razón, tomar o influir en las decisiones o poner límites en algunas situaciones de la relación. Cuando ya existe resentimiento las peleas se vuelven más frecuentes, intensas y duran más tiempo, ya que se está convirtiendo en un mecanismo de solución tanto en pareja como de manera individual. Es decir, mientras más tiempo pasan enojados los miembros de la pareja y no se comunican, evitan caer en discusiones frecuentes. La dificultad es que los problemas no van a solucionarse y este es lo que con el tiempo genera creencias negativas en los miembros de la pareja. Ira y culpa en la relación de pareja Otra situación importante es cuando se empiezan a generar patrones de ira y/o violencia y después sentimientos de culpa. Las parejas entran en un ciclo de agresiones de todo tipo y después sentimientos de culpa sobre todo si hay violencia, lo que los lleva a comportarse de una manera positiva, amable y condescendiente. Aguantan o toleran situaciones que nos les gusta hasta que se acumulan y vuelve a repetirse el patrón negativo de enojo-cerrazón-ira-agresión-violencia-culpa-acumulación de emociones negativas. Estos ciclos o patrones negativos se vuelven automático y como algunas ves no son controlable las parejas van perdiendo la confianza en sí mismos y en la pareja Cuando una pareja genera un patrón negativo que ya no puede controlar se van desencadenando una serie de pensamientos y creencias que aumentan miedos a la reacción de la pareja o a la perdida de la misma. Lo anterior los lleva a evitar cualquier tema que se haya convertido en un conflicto en situaciones pasadas, llevándolos a una relación de pareja con infelicidad y sin bienestar. Quejas, reclamos y exigencias. La relación de pareja empieza a cambiar de forma negativa facilitando las actitudes defensivas y agresivas en la relación. Las quejas con la pareja y con otras personas sobre la relación se vuelven continuas. El reclamo se convierte en una forma de pedirse cosas que por la naturaleza del mismo no se van a obtener, lo que alimenta más los sentimientos de injusticia. La exigencia se convierte en otra forma de pedirse las cosas que se necesitan y por lo regular cambia el tono y la forma en que se utilizan las palabras. A estas alturas de la relación las creencias que tienen que ver con la separación se vuelven frecuentes en los miembros de la pareja. ¿Cómo se soluciona? Aunque hay parejas que piensan que el amor lo soluciona todo, la realidad nos dice que hay muchas parejas que, aunque se aman no tienen bienestar y se viven obligadas por sus circunstancias a continuar en sus relaciones de pareja. La relación de pareja es un sistema y si alguno de los componentes empieza a cambiar y este cambio se mantiene constante, favorecerá un movimiento también en la otra parte. Siempre es posible encontrar nuevas y buenas formas de relacionarse solo hay que tomar las actitudes adecuadas para conseguirlo. En una relación en pareja si es importante el amor, es una buena base más por sí solo no puede mejorar la relación en pareja. Conciencia y paciencia Cuando se empieza a cuestionar la dinámica de la relación, los objetivos, la actuación propia en el conflicto, expectativas, deseos, etcétera, inicia la posibilidad de generar un cambio individual o en la relación. El darse cuenta por sí solo no cambia las actitudes en la relación, pero si favorece el inicio al cambio de patrones negativos. El tener paciencia o adquirir la habilidad de comportarse paciente también favorecerá los cambios en la relación. Cuando se reconoce que en una relación ambos son diferentes en personalidad y se respetan estas diferencias el cambio positivo es posible. Aceptación Cuando se acepta a la pareja sin querer cambiarla u obligarla cambiar la tensión empieza a bajar: las actitudes defensivas y agresivas van perdiendo fuerza. Es un buen momento para iniciar procesos de consejería o terapia en pareja. Algunas veces algún miembro de la pareja no está motivado a buscar ayuda, esto no es un impedimento para mejorar. Solo hay que iniciar de forma individual y tener paciencia. Cuando se cambian algunas actitudes personales con respecto al conflicto o temas importantes de la pareja se favorece un cambio en la relación. Cuando ambos miembros en la pareja trabajan en el cambio este es efectivo y duradero. Algunas ideas para manejar el enojo y la ira
Reconoce si se trata de una dificultad solamente en pareja. Tu historia de vida te recuerda si se trata de una dificultad individual o una forma de tratar los conflictos en tus relaciones, ya sean de amistad, familiares, trabajo o pareja. Si es así es un buen momento para desarrollar nuevas habilidades en tus relaciones, resolución de conflictos o manejo asertivo de tus emociones. Recuerda que siempre está la posibilidad de buscar ayuda adecuada con un profesional de la salud como un psicólogo de manera individual o en pareja, ya sea de forma presencial o en línea. En una relación de pareja como en muchas otras áreas de nuestra vida diaria tenemos la posibilidad de tomar decisiones equivocadas. incluso podemos equivocarnos en actividades que hacemos diariamente o que nos podemos considerar expertos.
Siempre es bueno reflexionar, reconocer y aceptar la forma en que se toma una decisión. Reconocer como se manejan las consecuencias positivas o negativas de los resultados obtenidos. En base al resultado del análisis se posibilita y potencia el aprendizaje para las siguientes decisiones. Algunas veces detenemos nuestras decisiones por el miedo a la equivocación, por no cometer errores o simplemente por las historias terroríficas que nos hacemos mentalmente ante una situación nueva. Cuando nos centramos en las equivocaciones del pasado es posible que experimentemos un poco de miedo. Cuando nos centramos en la capacidad que tenemos de afrontar las consecuencias confiamos mas en nosotros mismos. Podemos desear no equivocarnos pero eso no nos libra de hacerlo. Es mejor confiar en que aprendimos de nuestras experiencias pasadas y que eso nos da una mayor posibilidad de éxito. Además siempre tenemos la posibilidad de retomar un nuevo camino. Cuando descubrimos que toda decisión se puede cambiar las veces que sea necesario hasta lograr el resultado deseado tenemos un gran poder. |
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